Érase un gatito que lamía y lamía sus patitas en
la entrada de su casa, ronroneaba perezoso. Cuando andaba por los
jardines se escondía detrás de los árboles para darle un susto a algún
pajarito, y no era que tenía hambre, siempre le daban mucho alimento,
pero disfrutaba de andar asustando a los indefensos pajarillos.
Una
tarde este gatito aburrido de tanto estar echado, se le ocurrió ir
nuevamente al patio a molestar a algún avecilla, agazapado detrás de un
gran macetero, vio que bajaba una y pensó: “A esta le voy a dar el gran
susto miau”, se fue agachadito y silencioso se acercó lentamente, sin
despertar sospechas, y de un brinco saltó sobre su presa, tal susto se
llevó, que las pocas semillas que llevaba en su pico volaron por el
aire cayendo a un agujero que servía de desagüe, todas las semillitas fueron a dar ahí
...y el gato burlón, reía y reía, ja.ja.ja .. la pobre ave lo único que
hacía era tiritar de susto, le rogó al gato :” No me comas, no me comas,
mira que tengo a mis hijitos esperando por su
alimento..¡¡¡¡”...ja.ja.ja, seguía riendo el gato burlón y le dijo “Sino
te voy a comer, solo quería darte un gran susto, ja.ja.ja y lo logré”.
El
ave enfadada le dijo: ¡¡¡¡Ay gato malo, eso no se hace ¡¡¡ Por tu culpa
he perdido las ultimas semillas que servirían de alimento para mis
polluelos, ahora tendré que ir a buscar a otra parte mucho más lejos, y
mis pobres retoños podrían morir de hambre. y de frío.
El gato le
dijo con voz irónica, “Siii...en serio?, y el susto que te di..
ja.ja.ja”... El ave ya se le estaban erizando las plumas de la ira que
le provocaba este gato fanfarrón, ¿Es que tú no entiendes?, le dijo el
avecilla, Mira, el invierno ha sido muy duro y he tenido que volar muy
lejos de mi nido para conseguir alimento y tú lo único que haces es
burlarte.., no ves que ellos podrían morir hambre, y de frío, ay no ¡¡¡,
déjame ir por favor...
El gato sintió pesar en su corazón y
arrepentido, le dijo:” Perdón, avecilla, pero puedo remediar lo que
hice, espera un poco, ya vuelvo, no te vayas a ir por favor”, el gato se
metió por los rincones de su casa y se perdió de vista, mientras tanto
el avecilla ya quería irse... pensó... Para que querrá que lo espere, no
vaya a ser que me esté haciendo una broma otra vez y me deje esperando
este gato malulo, ella estaba muy preocupada por su hijos. Cuando ya
estaba decidida a marcharse vio que el gato regresaba y en su hocico
traía una bolsita llena de semillitas de girasol, se las pasó al ave y
le dijo:
“Perdona buena madre avecilla, por haberte
asustado y que por mi culpa hayas perdido tus semillas, toma aquí te
regalo estas que son del canario de mi casa, me costó sacarlas y dejé un
poquito desordenado, pero no importa, llévaselas a tus polluelos,
aunque no lo creas tú me has hecho recordar mucho a mi madrecita
querida, nunca me faltó la leche y el abrigo, de verdad me siento muy
arrepentido, ahora vuela pronto a tu nido, el ave muy sorprendida por
este acto de nobleza, le dijo muchas gracias y se fue rapidito a darle
alimentos a sus hijos.
Y mientras esto sucedía...dentro de la casa
se oyó un grito..¡¡¡ Gato mal criado, donde estás, mira como me has
dejado la cocina¡¡¡.
Ups.¡¡¡Parece que hoy no me darán mi lechita!!!.