"Entre poesías y Fantasías"

miércoles, 12 de octubre de 2011

El Gato Burlón




Érase un gatito que lamía y lamía sus patitas en la entrada de su casa, ronroneaba  perezoso. Cuando andaba por los jardines se escondía detrás de los árboles para darle un susto a algún pajarito, y no era que tenía hambre, siempre le daban mucho alimento, pero disfrutaba de andar asustando a los indefensos pajarillos.
Una tarde este gatito aburrido de tanto estar echado, se le ocurrió ir nuevamente al patio a molestar a algún avecilla, agazapado detrás de un gran macetero, vio que bajaba una y pensó: “A esta le voy a dar el gran susto miau”, se fue agachadito y silencioso se acercó lentamente, sin despertar sospechas, y de un brinco saltó sobre su presa, tal susto se llevó, que las pocas semillas que llevaba en su pico volaron por el aire cayendo a un agujero que servía de desagüe, todas las semillitas fueron a dar ahí ...y el gato burlón, reía y reía, ja.ja.ja .. la pobre ave lo único que hacía era tiritar de susto, le rogó al gato :” No me comas, no me comas, mira que tengo a mis hijitos esperando por su alimento..¡¡¡¡”...ja.ja.ja, seguía riendo el gato burlón y le dijo “Sino te voy a comer, solo quería darte un gran susto, ja.ja.ja y lo logré”.

El ave enfadada le dijo: ¡¡¡¡Ay gato malo, eso no se hace ¡¡¡ Por tu culpa he perdido las ultimas semillas que servirían de alimento para mis polluelos, ahora tendré que ir a buscar a otra parte mucho más lejos, y mis pobres retoños podrían morir de hambre. y de frío.
El gato le dijo con voz irónica, “Siii...en serio?, y el susto que te di.. ja.ja.ja”... El ave ya se le estaban erizando las plumas de la ira que le provocaba este gato fanfarrón, ¿Es que tú no entiendes?, le dijo el avecilla, Mira, el invierno ha sido muy duro y he tenido que volar muy lejos de mi nido para conseguir alimento y tú lo único que haces es burlarte.., no ves que ellos podrían morir hambre, y de frío, ay no ¡¡¡, déjame ir por favor...
El gato sintió pesar en su corazón y arrepentido, le dijo:” Perdón, avecilla, pero puedo remediar lo que hice, espera un poco, ya vuelvo, no te vayas a ir por favor”, el gato se metió por los rincones de su casa y se perdió de vista, mientras tanto el avecilla ya quería irse... pensó... Para que querrá que lo espere, no vaya a ser que me esté haciendo una broma otra vez y me deje esperando este gato malulo, ella estaba muy preocupada por su hijos. Cuando ya estaba decidida a marcharse vio que el gato regresaba y en su hocico traía una bolsita llena de semillitas de girasol, se las pasó al ave y le dijo:

“Perdona buena madre avecilla, por haberte asustado y que por mi culpa hayas perdido tus semillas, toma aquí te regalo estas que son del canario de mi casa, me costó sacarlas y dejé un poquito desordenado, pero no importa, llévaselas a tus polluelos, aunque no lo creas tú me has hecho recordar mucho a mi madrecita querida, nunca me faltó la leche y el abrigo, de verdad me siento muy arrepentido, ahora vuela pronto a tu nido, el ave muy sorprendida por este acto de nobleza, le dijo muchas gracias y se fue rapidito a darle alimentos a sus hijos.
Y mientras esto sucedía...dentro de la casa se oyó un grito..¡¡¡ Gato mal criado, donde estás, mira como me has dejado la cocina¡¡¡.
 Ups.¡¡¡Parece que hoy no me darán mi lechita!!!.

Buenos Amigos




Dos conejitos que eran muy buenos amigos, Rabito y Renato,  se pelearon y todo  por un juego de pelotas, se enojaron tanto que ambos se echaban mutuamente la culpa por la derrota, desde ese entonces nunca mas se volvieron a hablar, no se podían  ni ver,  tanto  así, que nunca mas participaron ni en juegos, ni  en la fiestas de cumpleaños de amigos, se quedaba cada uno en su casa pensando, seguro que invitaron  a rabito,  "yo no iré, no, no, no", lo mismo pensaba  Renato,  Y así se la  pasaban.


Una  día comenzó a llover y a llover en el bosque, parecia que desde el cielo tiraban el agua con baldes, era tal la lluvia que el suelo  se comenzó a llenar de agua, inundando todo.  Los animales  corrieron  hacia los cerros,  de pronto un gran ruido  se sintió,  ¡ Era el río que se desbordaba ¡, un caudal comenzó a pasar por todo el bosque, comenzaron a flotar las ramas y las hojas  que estaban sobre el suelo, Rabito y Renato no alcanzaron a arrancar y los pillo el agua tuvieron que empezar a nadar,  para la suerte de ellos  paso flotando un pedazo de  tronco y  ambos  se subieron por cada extremo, estaban tan asustados,  pero a pesar de eso no se hablaban , el tronco muy pronto floto por el bosque llegando hasta el  lago cercano.
Renato dejó su orgullo a un lado y le dijo a rabito,"Estoy muy asustado y quiero ir a casa con mama, debe de estar muy preocupada", Rabito dijo: “Mi mamá igual”,  sin saber que hacer  no se hablaron por varios minutos, miraban el cielo luego  Renato le pregunto ¿Y que vamos a hacer?, ¡¡¡Mira...¡¡¡  desde aquí puedo ver el gran árbol donde esta nuestra casa, se me ocurre una idea, podríamos tirarnos y nadar hasta la orilla,  ¡¡¡No¡¡¡ ... dijo Rabito..."es muy peligroso y esta lejos", y si nos cansamos ya no tendremos el tronco para sujetarnos, "tienes razón",dijo Renato  ¿Pero entonces?,  Rabito dijo: ¿Tu has visto en la tele  a unos hombres que  suben a unas tablas y se ponen a nadar?,  podríamos usar nuestros brazos y nadar igual que ellos, ¿que te parece si lo intentamos?  Siii, dijo Renato  muy buena idea, hagámoslo, así que con mucho cuidado se pusieron de guatita uno al lado del otro sobre el pedazo de tronco, Rabito con su mano derecha comenzó a bracear, y Renato con su mano izquierda hizo lo mismo, sii,  les estaba dando resultado, de a poco fueron avanzando hasta la orilla del lago, aunque se  cansaban se ponían de acuerdo y  cambiaban de lugar, y  seguían avanzando y descansaban,  así llegaron al lago, el tronco quedo apegado a la orilla,  bajo primero Renato, sujetó el tronco y Rabito pudo saltar de un brinco, estaban tan felices por lograr llegar a casa, y lo habían echo juntos, poniéndose de acuerdo.  De repente se escucho una voz decir “ Renato,  hijo..era su mamá,  corriendo lo abrazo muy  fuerte,  gracias a Dios que estas bien", a tras venia la mamá de Rabito..."hijo,  hijo querido pensé que no te vería mas, lo besaba y lo besaba,   ambos bien abrazados a sus mamas, se miraban muy contentos, luego ellos se abrazaron , Rabito le dijo a Renato “Gracias Amigo”,  y Rabito contesto  “a ti  amigo”.  A partir de ese  día ambos anduvieron juntos  para todas partes  y todos sus amigos  y los amigos de sus amigos también estaban muy contentos de verlos juntos otra vez,   jugaban, reían, iban a todos los cumpleaños , cuando habia un partido de pelotas, se ponían de acuerdo para tirar un gol, y les daba muy buen resultado, tanto así que fueron campeones de la Copa Bosque de Oro ese año, y todo gracias a que aprendieron a dejar el orgullo de lado y a trabajar en equipo.

Malas Palabras


Habia una vez un Gigante que tenia  mal carácter, rabiaba y echaba garabatos al viento, si algo le salía mal rabiaba, si tropezaba rabiaba,  ¡ Vaya si que era un gigante muy malhablado ¡. Un día vio que en su jardín las flores se estaban marchitando, los árboles ya no florecían, y se preguntó: ¿Quizás les  falta agua, o tal vez les faltan vitaminas?, las regó noche y día,  les dio vitaminas pero nada,  las flores ya estaban perdiendo sus bellos colores.
El podría haberle pedido ayuda al jardinero, pero ya había peleado con él, y como era orgulloso no quiso hablarle,   pensó,  ¿Cómo solucionaré este grave problema?, y aun con la tristeza que tenia no dejaba de andar rabiando, si hasta el pobre gato Micifuz, quien siempre le demostraba afecto con sus ronroneos,  también sufría  las consecuencias de los enojos del Gigante, lo que el no notaba que por cada rabieta le salía una cana y ya a esa altura se veia muy viejito, aunque el era Joven, solo tenia cuarenta primaveras.
Estaba desesperado por que su jardín estaba muriendo, miró al cielo en una maravillosa noche estrellada, y vio pasar una estrella fugaz, no lo penso dos veces e inmediatamente le pidió un deseo, con una voz profundamente acongojada le dijo: “Estrellita, estrellita pasajera, mira mi jardín que se esta marchitando, te pido un milagro, por favor...por favor, que vivan y florezcan de nuevo los lirios, las azucenas, también mis hermosos árboles que dan frutos exquisitos, por favor, escúchame estrellita...y las lágrima  se desbordaron de sus ojos y rodaron por  sus mejillas.
Como habrá sido la súplica de aquel Gigante, que la estrella se detuvo al escucharlo y muy apenada bajó hasta su jardín. El gigante  asombrado se refregaba  los ojos,  no podía creer que la estrella estuviera frente a él, la miraba boquiabierto,  era tan radiante su luz iluminaba todo. La estrella al ver el jardín, no podía explicarse porque las flores y los árboles estaban casi muriendo, ante la incertidumbre se acercó y le preguntó al Gigante:
¿Dime que paso en tu jardín, que todo esta marchito y triste?, ¡ ooo... ¡, y  tu cabello esta tan blanco... El Gigante le dijo “no se lo que paso”,  la estrella lo miró fijamente con sus hermosos ojos   y le preguntó, ¿No será que  has descuidado a tu jardín, y no les has dado agua?, ¡¡ Nooo ¡¡,  dijo el Gigante, yo amo a mi jardín y  lo he regado día y noche, pero mis flores siguen marchitandose, la estrella le preguntó..  ¿ Mmm...No serás que estas diciendo malas palabras?.... El Gigante hizo como que tosía,  y  muy avergonzado le dijo: “Bueno... si, digo malas palabras, pero no a ellas, nunca lo haría”,   ese es el problema dijo la estrellita, cuando dices malas palabras tus flores y árboles las escuchan, y eso las ha puesto muy triste, a tal punto que mira las consecuencias. ¿Te das cuenta lo que ocasionaron  tus malas palabra?, el gigante, agachó la mirada y dijo “Si”, el Gigante pregunto;  ¿Pero cómo puedo solucionar este problema?, fácil, dijo la estrella, debes dejar de decir garabatos, y sonreír mas, esa es la única solución, te voy a dejar esa tarea, y la estrellita asi como aparecio  rapidamente se fue hasta el cielo.
El gigante decidido a salvar su jardín, se propuso ya no decir malas palabras y se esforzó por tener un buen carácter, no era tarea fácil, ya que no recordaba un momento de su vida que no hubiera dicho malas palabras, pero bueno, su motivación era mas fuerte.

Y así lo hizo, fueron pasando los días, cada vez que quería decir una mala palabra, inmediatamente pensaba en su jardín, y no la decía, así las flores fueron recobrando sus hermosos colores, los árboles se llenaron de hojas verdes y frutos, el gigante se sentía tan feliz, todo fue tornándose de multicolores, hasta sus vecinos notaron el cambio, el gigante se lleno de buenas intenciones, y comenzó a saludar a sus vecinos, ellos asombrados con una sonrisa le devolvían el saludo, todo era fantástico, su jardín era mas hermoso que antes.

Una noche, el gigante sentado en su silla mecedora miró al cielo  y sorpresivamente la estrellita lo visitó de nuevo :
“ Hola buen amigo, dijo, ¡¡¡ que bien ¡¡¡, veo que me has hecho caso,  si, dijo el Gigante ya recobré a mi jardín y  no digo malas palabras, aprendí que al decirlas entristecía a lo que mas amaba, la estrellita feliz por escuchar sus palabras, saco un espejo tomado de un pedazo de la luna y le dijo:” mírate”, vio  que ya no tenia canas en sus cabellos, la estrellita le dijo:”Este es mi regalo por tu esfuerzo, vivirás eternamente, así podrás cuidar para siempre tu bello Jardín”...El  Gigante muy agradecido con la estrellita, sintió su corazón llenito de alegría y así, fue feliz por siempre.