"Entre poesías y Fantasías"

lunes, 20 de junio de 2011

SEDUCCION

El la mira… 
y  ella   toca  las constelaciones con sus dedos,
el corazón emerge  raudo hasta la boca,
pálpitos que retumban como campanadas de delirio
las respiraciones   se afana, se agitan,
no quitan de si sus temblores.

El la mira…
y  atraviesa su alma
con su lanza erguida
tan profundamente
que en un gemido inconsciente,
se entrega  vencida.

el la mira…
 y con sus manos la despoja
de su  decencia
el  éxtasis  intrincado en su cabeza
que no sopesa entre el amor y la locura.

El  la mira…
y la besa, con su boca de fuego llameante,
las lenguas se enlazan como culebras
entre el frenesí  y la  vehemencia
entre el latido y el gemido,
son presas.

Ell la mira…
y se aleja
ella lo abraza con  desespero
el se aleja…se aleja…
no tiene  dominio de si mismo,
ante esa boca de cereza
la besa , la saborea,
lame  como un felino en celo,
cierra sus  ojos ante brutal deseo.

domingo, 19 de junio de 2011

ME DELEITO

Me deleito en tu ausencia
en tu lejanía me alimento,
cuando quiero olvidarte
testaruda me deleito
porque olvidarte no puedo.

Me delito en recorrerte,
como memoria suicida,
con un poco de ti,
me imagino  en tu boca rendida.

Me delito en el eco de tu voz fundida,
como tiempos detenidos,
tiempos que  arrastran ante  mi tu poesía,
mis oídos  en capullos se abren
ante  tu luz,
¡como te necesitan¡.

Me deleito en las estrellas
que tu faz iluminan,
 estamos tan lejos el uno del otro,
pero tus ojos negros fijamente las miran,
tal como yo  en esta tierra de montes,
ellas , tan cerca de tu alma
y yo,  de tu alma soy olvido.

Me deleito  en la traición de tu pacto,
ese que desenterró    mis lagrimas,
fuiste  como  un sueño dormido
y aunque  sea  yo tu olvido
me delito como quien ama.

jueves, 16 de junio de 2011

ALGO DE MI

Algo de mi se ha perdido
entre el rio y su nostalgia,
el  sauce   llora conmigo
Y cobija tiernamente  
mi destino caido.

Algo de mi se ha extraviado,
los poemas paridos
vuelan como plumas,
como nubes naufragas
entre montañas y frio.

Algo de mi se ha escondido,
mi vos, todo lo mio,
como semilla desmelenada,
quedo regada en el camino.

Algo de mi ya no existe,
ni la  hermosura yace,
ni la sonrisa vuelve,
con las  lloviznas se ha diluido.

Algo de mi se ha  marchado
mi  canto   enmudecido,
la dulce poesía  se ha dormido
en los brazos del tiempo mezquino.

lunes, 13 de junio de 2011

OTRO AMOR ME ANIDA ENTRE SUS DEDOS

En todas las lunas de julio
te buscaban noctámbulos mis ojos,
entre lunas me pasaba en  la espera,
sigilosa  una estrella compañera.

Como lluvia  eran mis ojos
solo  sueños con  desvelos,
 letras quebrajadas  por el tiempo,
aguardando  tu rostro pasajero.


En todas las noches te  soñaba,
a cada estrellas llamaba por tu nombre,
en  lunas de julio deseaba amar tu alma,
en la infinita bondad del universo
no te hallaba.

Eres de otras comarcas,
inalcanzable como abismo entre tierras y cielo,
impenetrable y  misterioso,
tan desprovisto de mi amor austero.

Desde esta noche ya no te sueño,
ni deseo tu rostro ver primero,
desde esta noche,
no abran lunas con espejos
ni dolor que te llame en desespero,
porque otro  amor me anida entre sus dedos.

jueves, 9 de junio de 2011

VERSO DESPEDIDO

¡Oh  Poesía ¡
Mi alma huye  a ti con desespero,
¡Mírame¡  
Sigo  enraizada entre hojas de  recuerdos,
persistentemente vuelo y vuelo.

Entre   líneas   me  embriago,
mis pupilas se dilatan repasando,
mis oídos quietos se quedan  escuchando,
tantos y tantos  versos perdidos en el viento.


Trazo con tintas  de otras bocas,
emergen escuetos pensamientos,
busco en los rieles de estas hojas
tus trenes que  me socorran del  mal tiempo.

Quiero que me extirpes  de las manos
ese amor que con letras ponzoñosas,
embaucaron  sin temor mis pobres rosas,
quiero  que sea otro soneto mi amparo.

¡Paciencia poesía, paciencia¡
Tenme paciencia no me desabrigues,
se mi fuerza en esta guerra,
se mi escudo en este día.

Que mis letras triunfen gloriosas,
ante ese amor despedido,
que no gaste papeles en vano,
por quien no merecer mis versos queridos. 

AMANTES PASAJEROS

Verdes, 
tan verdes estas colinas 
que me acompañan diariamente,
como si fuesen hermanas 
que me toman de la mano,
me vuelo entre sus ensueños,
como si perteneciera a sus jardines, 
en una alianza entre carne y tierra,
la boca de la naturaleza me llama,
con su voz de ríos a sus sendas,
con un grito de madre
pide que me cuele entre sus aguas diáfanas,
que me haga reina 
entre las cúspides de sus nevadas montañas,
como si yo fuera la tierra 
en la que se siembren los deseos,
me pide que me acople en sus laderas,
y escuche atenta los estertores 
de los amantes pasajeros,
y sea viento raco tibio sobre ellos,
entre sus cuerpos alborotados,
suelte las hojas del otoño
como un manto de oro les cubra sus tesoros,
que baje como lluvia 
por sus senos, sus caderas,
y la noche junto al rio, 
sea el canto que los arrulle.

VINISTE EN MIS SUEÑOS

En esta noche sin propósito,
me visitaste en sueños,
disipados fueron los olvidos,
te vi tan claramente mi dueño,
tan cercano tu rostro,
tus ojos  como farol en las costas,
hicieron  que  mis ojos  brillasen.

¡Por fin la despedida¡,
esquivando la sensatez y  toda razón ,
eras  tu mi amado dueño,
eco de mi llamado,
por fin te vi en mis sueños.

Como visión tan esperada,
la despedida necesaria,
como infante anhelante
del seno materno,
por ultima vez bese tu boca,
 la despedida,
te vi en mis sueños.

Tus ojos,
 maravillosa visión,
como llovizna  sobre mi alma ,
lavando todo dolor,
era la despedida,
tu, viniste a mi en sueños.

LA MESA DEL REY ARTURO

En mi nariz,
aroma a madre madera,
estufa a leña,
carbón de espino
charquicán  con albahaca,
y el vino en caja 
sobre la mesa del Rey Arturo,
este menú convocaría, no para hoy,
sino para el lunes a medio dia.

Mas agua a la sopa,
donde come uno
comen docenas.

Salsa con mil escudos de carne,
medio kilo de cebolla,
como una olla volcánica,
como si el hambre nos llevara a la bella Italia,
con sus tallarines de domingo,
nos saboreábamos 
y nos sobábamos la guatita,
el hambre no espera.

Hermosa la mesa del pobre,
donde el plato de entrada
eran dos hojas de lechuga,
y una delgada lonja de milanesa.

Luego la sopa hirviendo
soplen que quema,
cubitos de pan de marraqueta, 
el toque celestial en la tierra.

El plato de fondo,
como adornos,
largos tallarines rojizos,
su salsa,
mas cebolla que carne,
la mesa del pueblo puesta,
la mesa del Rey Arturo,
en su circunvalación
sentado todo el mundo