"Entre poesías y Fantasías"

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Vuelvo a Contarte

Vuelvo a contarte vida,
que no he podido sacar de mis oídos tu voz,
ese suave  susurro de brisas que escaparon tibias
de tus labios.

Vuelvo a contarte vida que tus huellas,
ésas que ni  el mar salado quitaron,
siguen como coplas en mi pecho
siguen aqui tus  huellas.

Vuelvo a contarte vida
que aun cerrando los ojos
 y en un intento de olvido,
viajé a los valle  en vano,
por donde quiera que mirase,
tu rostro helénico estaba grabado.


Vuelvo a contarte vida,
 que mi alma no puede despegarse de la tuya,
 cierro  los ojos y  bebo la amargura para escarmiento,
pero vuelves a mi,
vuelves sin tu saberlo con tu dulzura.

Vuelvo a contarte vida,
que no  puedo,
que no   quiero olvidarte.
que no debo.
¿Y quien era yo antes de ti?
era ese susurro que marcó
en mis oidos la despedida-

Léeme

Nota  mi palabrear en estas líneas,
demuestran que no fui plantada en tierra de Poetas,
fue mi nombre escrito en un papel vetusto,
Rosa mi nombre nunca supe de que color era.

Y lentamente fui brotando tras el tiempo,
entre esa mezcla  rara de árbol y elementos,
yo nacida de la nada,
un poco soberbia al creerme ennoblecida
en el verbo y en la expresión tallada.


Sin cultivo  poético en mi mente he nacido,
nada diestra diría,
sin  rimas en mis finales,
mi mano derecha la pobre  gastada,
que lleva entre los dedos las marcas de una pluma,
esa mi mas valiosa pertenencia
mi mano manchada
de tinta negra.

¿Cuánto me faltó para ser labrantío?
Tal  parece  me faltaron  años en semillas
para cosechar mis letras mas educadas,
¿Pero es legal creerse Nobel?,
Yo  me lo creo,
lo siento en las arterias,
como ruedan los versos por mi sangre,
mi sangre con los versos como fuego,
corrientes llenas de pececillos letrados.

Si supieras de eso mirarías con diligencia,
un segundo de este mundo  
te parecería un milenio,
porque aun tan iletrada mi mente
mi alma habla y jala  el universo
con mis dedos palabreros
por eso léeme.

La Espiga

Amasijo de cielo y cordillera,
aquel perpetuo amor etéreo,
que refrescó su dulce rostro
como rocío la mezcla,
nació la poesía de esa
joven mozuela
en lánguidas  noches
pidió al cielo
que viniera.

Ilusa la jovenzuela,
creyente y   devota
de una pobre promesa,
que apuntando siempre su alma
abria y cerraba la puerta
subía una escalas a la gloria
y   al infierno rodaba en silencio.

Fue quieta mariposa bordada
por los dedos de un fantasma
llena de versos sus alas
 ¡¡ Y como le explotaba el universo ¡¡
Cuando de noche hembra  
su lengua le agasajaba.

Relámpagos en  sus oídos,
ante el  brío de su voz  omisa,
¡¡ Como se expandían sus letras ¡¡
Sus ojos se abrían  
rumorosos  y  ligeros.

Vio como las nubes  
corría con su tacones altos
tras los vientos.

Nunca llego
la llamada  de esa voz vacía
Hecha de  cal, lengua fría,
una garganta sin tonos
ni afinadura en sus cuerdas
mudo, mudo desafinado y sin alma
duende meloso.

¿Hace  cuanto?,
¿Un cuarto de siglo?,
Incumplida promesa
que como polilla carcomió
lento su afán
hasta agotar la noria de sus ojos
y su semblante  emblanquecido
ante la espera, ante la ausencia,
no fue muro para evitar que
amara al  poeta sin promesa
que se volvió en su  pecho una espiga.