"Entre poesías y Fantasías"

domingo, 25 de septiembre de 2011

QUIERO VOLAR







En un   verde  bosque  vivía un pequeño gusano  soñador, su sueño mas deseado era poder volar, muchas veces hasta cerraba sus ojos y se imaginaba que volaba muy alto, pero cuando los abria  se miraba en el   reflejo de una gota de agua sobre el suelo...   y solo veia  la imagen de  un pequeño gusanito y nada mas, decía para si: “Si  que  soy chico, pero algún día, algún día  tendré  que  volar...El estaba empeñado en realizar  su sueño.
Un día se le ocurrió la maravillosa idea de hablar con Gaston.   Gaston era un pájaro carpintero que vivía en un gran arbol, el no era muy amistoso, y en todo el bosque nadie le quería por tener mal carácter, pero gusanito tenia la idea puesta entre ceja y ceja, así que  se propuso hablar y convencer al avecilla   que por un rato lo invitara a volar,  y para  eso se lleno   de valentía,  tenia en su mente cada una de las palabras que le iba a decir,  sabia que si tocaba su corazón lo podía convencer de que lo ayudara, que mas podía perder, así que levanto su pecho y comenzó a llamar a gaston mirando hacia arriba con voz firme  le dijo:” ¡¡¡gaston¡¡¡, baja, baja que necesito conversar contigo…
Gaston sorprendido por la forma en que lo llamaba el gusanito, lo miro muy enojado desde su gran arbol,  y  de un  aleteo llego volando a su lado y se paro frente a frente de él y le dijo: “A ver que te pasa que me llamas tanto, acaso no temes que yo te coma”, gusanito bien decidido le dijo con voz segura,  No gaston, yo no tengo miedo, hace mucho tiempo tenia pensado hablar contigo,  y pedirte un gran favor,  mientras gaston no  le despegaba la mirada de encima, gusanito continuaba diciendo: “Se que detrás de ese pajarito con mal genio y orgulloso, se esconde  un ave muy bondadosa, además  cuando vuelas tus hermosas alas llenan de alegría el cielo, y no sabes... ¡como me gustaría ser como tu ¡, por eso yo pensé .. (mientras tanto gusanito le hablaba, gaston  escuchaba y le gustaba lo que oía,  al parecer  nunca nadie le habia dicho cosas así, por eso seguía atento a lo que gusanito decía,) y gusanito continuaba diciéndole: “ y si tu corazón así lo desea,  se que me puedes ayudar, gaston ya para ese momento se habia calmado, y ya no estaba tan enojado como siempre, gaston le dijo: “¿A ver dime en que quieres que te ayude?¡, bueno…dijo: “ Es simple, solo quiero Volar”,  que??  dijo gaston y se puso a reír a carcajadas ja, ja, ja, pero que ocurrencia la tuya,  como vas a volar conmigo ja, ja, ja,  reía y reía,  pero gusanito no se reían nada, nada,  todo lo contrario sus ojitos comenzaron a llenarse de lagrimas al ver que todo el esfuerzo habia sido en vano, bueno... dijo gusanito, gracias de todas maneras, se dio media vuelta y agacho su cabeza, y comenzó a alejarse,  Gaston inmediatamente dejo de reír al ver que gusanito se iba llorando, suspiro hondo y dijo:”Ayayai...  ¡¡¡Oye soñador¡¡¡”,  gusanito giro su cabeza y lo miro fijamente, con un rostro de desconsuelo ,  ya deja de mirarme así dijo el ave, bueno, te ayudare...pero solo esta vez, gusanito no podía creerlo,  gaston habia dicho que siii,  su corazoncito saltaba a mil por hora,  gaston le dijo:” Súbete a mi espalda”, gusanito subió rapidito, rapidito antes  que se arrepintiera.
Gaston sintió una ternura  que lo invadió, desde las patas hasta la ultima pluma de la cabeza…que agradable sentimiento  cuando se ayuda a alguien, así que gusanito  subió a su espalda, se agarro bien de las plumas del carpintero y comenzó  el gran vuelo,  ¡ Por fin su sueño cumplido ¡, gaston  se alzo sobre la copa de los árboles, y  gusanito con una sonrisa de oreja a oreja, reía contento, no caía tanta alegría en su pequeño ser, que rico era el viento sobre su rostro, que maravilla, y así, por varios minutos volaron, se posaban en los árboles, y volvían a volar, que bello era todo lo que sus ojitos veían, hasta otras aves volaban junto a ellos, se sorprendían de ver a un gusano arriba de un pájaro carpintero, gusanito les saludaba tan alegre y le decía: ¡¡¡ que felicidad amigas aves, se ve todo muy chiquito allá abajo, verdad?, y que inmenso es el cielo, se abrazaba a gaston y sonreía.
Cuando ya termino el soñado viaje, gusanito bajo de la espalda de gaston, se puso arriba de una piedra y lo miro,  le dijo con sus voz llena de emoción: “gracias amigo carpintero por permitirme cumplir mi sueño, es algo que jamás olvidare”, Gaston se sentía tan contento y feliz, le dijo:”Gracias a ti gusanito porque fue muy agradable ayudarte”.
Por mucho tiempo siguieron visitando el cielo juntos, aaa y se me olvidaba, también se convirtieron en los mas grandes amigos, gusanito le enseño a gaston a mejorar su genio, y a reír a carcajadas de vez en cuando, sobre todo cuando aparecieran los problemas, y gaston y gusanito vivieron felices hasta viejitos


LA GRAN LECCION

Sus compañeros de curso lo molestaban
y se burlaban de el por ser bajito,
 ¡ Mira ¡ … allí viene el enano  le decían, sus compañeros
 ¡ que mal   trataban…a Carlitos ¡.
Cuando entraba al colegio  pasaba caminando con  la cabeza agachas,
es que  nadie sabía cuanto lo entristecía  lo que le decían.

Un buen día de colegio, llego a su sala se sentó en su banca,
cuando vio en su mesa un papel que decía:
¡¡Eres tan enano que tu cabeza huele a pies¡¡
Lo invadió una rabia y una tristeza tan grande que no aguanto mas
y se echo a llorar, lloraba como si de sus  ojitos le salieran riachuelos,
sollozaba de la pena.

Mientras esto sucedía, entro el profesor Luis a la sala,  vio a Carlitos que lloraba
¿Niño por que llorar así?, -¿Dime…dime que te pasa?,
Cuando se acerco vio el papel en su mesa,
y  leyó el gran disparate que habían escrito sus compañeros, 
y dijo con una voz fuerte:  “¿Quien hizo esta maldad?” ,
todos en la sala se quedaron callados, miro a Carlitos  y le pregunto,  
dime Carlitos ¿sabes quien te escribió esto?,
Carlitos sabiendo quienes eran los culpables,
miro al profesor, y aunque  tenia  todas las ganas  de decirle quienes habían sido,
sintió pena por sus compañeros y dijo al profesor aun sollozando: 
“No se profesor, no lo se…” .
Ante esta respuesta el profesor comenzó a caminar por los pasillos de la sala,
y  miraba fijamente uno a uno de sus alumnos,
comenzó a decir: “Carlitos vale mucho como amigo,
sí, aun teniendo tanta pena por lo que le hicieron,  
no los delato. 
Ustedes  creen tener   el derecho a  burlarse de el, o de cualquiera,
estoy seguro que a nadie le gustaría pasar por la tristeza  que él esta pasando.

Niños, todos tenemos defectos, cada uno de ustedes los tiene,  nadie esta libre,
 pero lo que han hecho  hoy no tiene nombre,
es algo muy vergonzoso para contarlos a sus padres,  
por eso quiero que  los culpables se disculpen con Carlitos,
tengo la esperanza que han entendido mis palabras,
- hubo  un silencio rotundo en la sala, todos se quedaron atónitos.

Cuando  el profesor terminó de hablar se sentó en su silla,
muy serio siguió como de costumbre la clase de matemáticas.
Cuando sonó la campana,  Carlitos arreglo su bolso y pensando
que nadie se iba disculpar salio del colegio tranquilo, 
su corazón estaba agradecido con su profesor,
él  había dicho cosas buenas, y eso lo habia tranquilizado,
así que se puso a caminar,  y mientras caminaba alguien le tomo el hombro...  
Carlitos¡¡¡… de inmediato el  se dio vuelta, era nada mas ni nada menos que  Andrés,
su enemigo numero uno   hasta hace algunas horas,  
el   habia escrito el papel con esa  mala broma,  
le dijo: “Mira...quizás no me vas a creer,  pero quiero disculparme contigo”…
y con un tono de verdadero arrepentimiento dijo :¿Aceptarías  mis disculpas, por favor?…
Sorprendido por su actitud, Carlitos  sabiendo perdonar solo atino a estirar la mano  
y Andrés con una sonrisa le dio la suya,  aaa..  Dijo Andrés,
“Sabes quiero mostrarte algo, se saco el gorro que nunca se sacaba
y le mostró sus orejas, ves también tengo mi defecto,
Carlitos dijo : ¡ Esas si que son  orejas ¡,  
 ambos rieron a carcajadas y se fueron conversando  juntos. 
Luego de eso fueron muy  buenos amigos.

viernes, 9 de septiembre de 2011

LA HORMIGA Y LA JIRAFA





En un día caluroso en la selva africana,
se paseaba cual larga era la señora Jirafa,
comía hojas verdes de los árboles mas altos
hincaba su largas patitas para tomar un sorbito de agua.

En una de esas tardes tan tranquilas y soleadas
escuchó que alguien lloraba,
miró... a todas parte para saber  qué es lo que pasaba,
debajo de un arbusto con las  ramitas muy peladas
había una pequeña hormiguita que con pena sollozaba.

La Jirafa, cual larga era, se acerco a preguntarle:
- ¿Que te pasa amiguita,
porque lloras tan amargada?
La hormiguita solo veia unas enormes y largas patas
- ¡ Ay no veo bien ¡,  ¿Quien es la que allá arriba me  habla?
- No te preocupes, que soy yo la señora Jirafa.

Lo que pasa señora Jirafa, dijo la hormiguita
es que no se donde me encuentro,
un fuerte viento me trajo
en la hojita que llevaba a casa,
llevo tres días  dándome vueltas,
y solo se que ya estoy cansada,
por eso lloro y lloro desconsolada.



¿Como puedo ayudarte?
Dijo la señora Jirafa.

Solo podría decirle que mi hogar
es parecida a una pequeña montaña,
allí vivo con mis tres mil hermanas,
cerquita de una laguna
donde las aves se bañan.

Solucionemos ahora mismo este grave  problema,
soy tan alta que puedo mirar donde yo quiera,
y hasta me parece haber visto tu casa
¿No será una donde muchas como tu caminan en hilera?

Siiii.... señora Jirafa,  esa misma es mi casa,
cada una de mis hermanas
 lleva sustento para capear el invierno,
unas llevan ramitas y otras llevan alimentos,
yo soy una obrera y disfruto de mis talentos.

Entonces dijo la Jirafa,
 sube que hasta tu casa te llevo.

Cuando a su casa llegaron
agacho lo que mas pudo su largo cuello,
la hormiguita bajo  contenta
pero antes de bajarse
en la mejilla le dio un gran beso.

Aprendemos de este cuentito,
que los mas grandes pueden ayudar a los mas chiquitos.

 Rosita Caro









                                                                        



sábado, 3 de septiembre de 2011

LA LEÑA


En un bosque
un niño buscaba  leña
como si  fueran  tesoros
buscaba en la tierra,       
ramita a ramita las recogía,
casi atardecía,
y apuradito para llegar a casa corría,
llevaba su carretilla llena de leña seca.

Pensaba...
“que bien se avivara el fuego de la chimenea”.


Casi  llegando a casa,
vio que  su madre lo  esperaba en la puerta,
lo recibió con los brazos abiertos
abrazándolo le dio un beso,
y  le dijo:
“hijo mío, que  buen trabajo has hecho”.

Leche y pan amasado te esperan,
feliz, dichoso estaba el muchacho,
le devolvió el beso a su madre,
lavo su cara, lavo sus manos,
y a comer se sentó en la mesa.