miro al árbol y sus hojas doradas,
casi casi sonrojadas en sus ramajes,
pido al cielo que las riegue,
para su sustento y mi sobrevivencia,
pido al Raco que barra los caminos
para que despejen mi temor a tu ausencia,
pido aun con mas insistencia,
verte antes que mi corazón
no pueda sostener el latido,
oh soledad trémula y abismante.
oh soledad trémula y abismante.
Un día como hoy,
tan solo te presentante,
como un vaso de agua dulce,
como un vaso lleno de palabras te bebí,
resultaste ser un vino embriagador de desventura,
hice un intento de sobriedad,
pero cedí ante de ti,
y cedí ante tu boca,
saboree con mi lengua deseosa,
tu mortal veneno,
encendiste y apagaste la luz
de mi pobre alma,
a tal extremo fueron embaucadas mis ganas,
a tal extremo fueron embaucadas mis ganas,
que no importaban mis fundamentos,
ni la vida que llevaba,
fueron tan pocos los minutos,
que no di descanso a mi aliento,
porque tus dulces palabras
me hicieron no temerle a nada.
Con argucias labraste mi seno,
me enlazaste al amor de otros mundos,
como una pluma en el aire,
llegue a ser una mujer de fuego.
Que importaba si las calles
se vieran derrumbadas,
se vieran derrumbadas,
yo era como la sabia de los arboles,
adherida,apegada,
y desde tu Extremadura
a mi pequeña existencia,
un día de otoño me mataste
con tu ausencia.
con tu ausencia.