Como pasan los días,
y las membranas de los años,
intacto tu rostro,
el fúnebre adiós,
que no fue mas que el silencio
de tu boca callada.
El labrado camino en mi memoria,
y tu ahí,
de vez en cuando tan cerca,
sin requerirme ni un gramo.
Tan al ras de mi piel expectante,
has pasado por mi jardín,
y no te has detenido a mírame.
Mustia flor desconsolada olvidaste,
como quien olvida las horas,
como quien olvida la vida,
grave renunciación
te escojo ahora.
Que hiervan en mi los ecos que dejaste,
póstumos en las ramas de mi alma,
ahí tan cercano y libre,
no has dejado caer en mi
tan solo una palabra.
Ninguna de misericordia compasiva,
a esta tu flor olvidada,
no has de venir,
ni has de llorar en mi tumba,
doliente callado te quedaras,
y yo como flor viviré desahuciada.
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