"Entre poesías y Fantasías"

miércoles, 12 de octubre de 2011

Malas Palabras


Habia una vez un Gigante que tenia  mal carácter, rabiaba y echaba garabatos al viento, si algo le salía mal rabiaba, si tropezaba rabiaba,  ¡ Vaya si que era un gigante muy malhablado ¡. Un día vio que en su jardín las flores se estaban marchitando, los árboles ya no florecían, y se preguntó: ¿Quizás les  falta agua, o tal vez les faltan vitaminas?, las regó noche y día,  les dio vitaminas pero nada,  las flores ya estaban perdiendo sus bellos colores.
El podría haberle pedido ayuda al jardinero, pero ya había peleado con él, y como era orgulloso no quiso hablarle,   pensó,  ¿Cómo solucionaré este grave problema?, y aun con la tristeza que tenia no dejaba de andar rabiando, si hasta el pobre gato Micifuz, quien siempre le demostraba afecto con sus ronroneos,  también sufría  las consecuencias de los enojos del Gigante, lo que el no notaba que por cada rabieta le salía una cana y ya a esa altura se veia muy viejito, aunque el era Joven, solo tenia cuarenta primaveras.
Estaba desesperado por que su jardín estaba muriendo, miró al cielo en una maravillosa noche estrellada, y vio pasar una estrella fugaz, no lo penso dos veces e inmediatamente le pidió un deseo, con una voz profundamente acongojada le dijo: “Estrellita, estrellita pasajera, mira mi jardín que se esta marchitando, te pido un milagro, por favor...por favor, que vivan y florezcan de nuevo los lirios, las azucenas, también mis hermosos árboles que dan frutos exquisitos, por favor, escúchame estrellita...y las lágrima  se desbordaron de sus ojos y rodaron por  sus mejillas.
Como habrá sido la súplica de aquel Gigante, que la estrella se detuvo al escucharlo y muy apenada bajó hasta su jardín. El gigante  asombrado se refregaba  los ojos,  no podía creer que la estrella estuviera frente a él, la miraba boquiabierto,  era tan radiante su luz iluminaba todo. La estrella al ver el jardín, no podía explicarse porque las flores y los árboles estaban casi muriendo, ante la incertidumbre se acercó y le preguntó al Gigante:
¿Dime que paso en tu jardín, que todo esta marchito y triste?, ¡ ooo... ¡, y  tu cabello esta tan blanco... El Gigante le dijo “no se lo que paso”,  la estrella lo miró fijamente con sus hermosos ojos   y le preguntó, ¿No será que  has descuidado a tu jardín, y no les has dado agua?, ¡¡ Nooo ¡¡,  dijo el Gigante, yo amo a mi jardín y  lo he regado día y noche, pero mis flores siguen marchitandose, la estrella le preguntó..  ¿ Mmm...No serás que estas diciendo malas palabras?.... El Gigante hizo como que tosía,  y  muy avergonzado le dijo: “Bueno... si, digo malas palabras, pero no a ellas, nunca lo haría”,   ese es el problema dijo la estrellita, cuando dices malas palabras tus flores y árboles las escuchan, y eso las ha puesto muy triste, a tal punto que mira las consecuencias. ¿Te das cuenta lo que ocasionaron  tus malas palabra?, el gigante, agachó la mirada y dijo “Si”, el Gigante pregunto;  ¿Pero cómo puedo solucionar este problema?, fácil, dijo la estrella, debes dejar de decir garabatos, y sonreír mas, esa es la única solución, te voy a dejar esa tarea, y la estrellita asi como aparecio  rapidamente se fue hasta el cielo.
El gigante decidido a salvar su jardín, se propuso ya no decir malas palabras y se esforzó por tener un buen carácter, no era tarea fácil, ya que no recordaba un momento de su vida que no hubiera dicho malas palabras, pero bueno, su motivación era mas fuerte.

Y así lo hizo, fueron pasando los días, cada vez que quería decir una mala palabra, inmediatamente pensaba en su jardín, y no la decía, así las flores fueron recobrando sus hermosos colores, los árboles se llenaron de hojas verdes y frutos, el gigante se sentía tan feliz, todo fue tornándose de multicolores, hasta sus vecinos notaron el cambio, el gigante se lleno de buenas intenciones, y comenzó a saludar a sus vecinos, ellos asombrados con una sonrisa le devolvían el saludo, todo era fantástico, su jardín era mas hermoso que antes.

Una noche, el gigante sentado en su silla mecedora miró al cielo  y sorpresivamente la estrellita lo visitó de nuevo :
“ Hola buen amigo, dijo, ¡¡¡ que bien ¡¡¡, veo que me has hecho caso,  si, dijo el Gigante ya recobré a mi jardín y  no digo malas palabras, aprendí que al decirlas entristecía a lo que mas amaba, la estrellita feliz por escuchar sus palabras, saco un espejo tomado de un pedazo de la luna y le dijo:” mírate”, vio  que ya no tenia canas en sus cabellos, la estrellita le dijo:”Este es mi regalo por tu esfuerzo, vivirás eternamente, así podrás cuidar para siempre tu bello Jardín”...El  Gigante muy agradecido con la estrellita, sintió su corazón llenito de alegría y así, fue feliz por siempre.

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