Arremolinado nos sopla
el viento en los oídos,
la melancolía de tierras lejanas
se han hecho broche
con nombre y apellido.
Y nosotras mientras tanto
somos cuencas,
donde reside el llanto,
ellas conmigo esperan
en esta espera larga y duradera.
Nuestras sombras como nubes,
desbordando poemas en vuelo,
de nuestras bocas al cielo
y del cielo a su boca,
y tras esa boca el mar
que no calma.
Nuestros dedos
dibujaron su cuerpo,
en papeles de sueños
con los ojos cerrados,
¡Y como emerges amado¡
como relámpago a las sienes.
el viento en los oídos,
la melancolía de tierras lejanas
se han hecho broche
con nombre y apellido.
Y nosotras mientras tanto
somos cuencas,
donde reside el llanto,
ellas conmigo esperan
en esta espera larga y duradera.
Nuestras sombras como nubes,
desbordando poemas en vuelo,
de nuestras bocas al cielo
y del cielo a su boca,
y tras esa boca el mar
que no calma.
Nuestros dedos
dibujaron su cuerpo,
en papeles de sueños
con los ojos cerrados,
¡Y como emerges amado¡
como relámpago a las sienes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario