Los poetas
nacen y renacen
todos los días,
corriendo
y cortejando
a las palabras,
como si el tiempo
les acortara el tiempo,
van por los recodos
de los caminos angostos
y afranelados
tras de los verbos conjugados
y del momento mas propicio
donde curtir los versos amados.
Para el poeta que nace
el tiempo avanza
y es tan diminuto,
¡ay¡…si el día tuviese mas horas,
y las horas mas segundos,
es que clamarían los versos de alegría,
y los versos se cosecharían
serian árboles frondosos
llenos de verdes hojas escritas.
“dícese por ahí, que todos somos poetas,
unos antes que otros, y otros antes que uno”
nacen y renacen
todos los días,
corriendo
y cortejando
a las palabras,
como si el tiempo
les acortara el tiempo,
van por los recodos
de los caminos angostos
y afranelados
tras de los verbos conjugados
y del momento mas propicio
donde curtir los versos amados.
Para el poeta que nace
el tiempo avanza
y es tan diminuto,
¡ay¡…si el día tuviese mas horas,
y las horas mas segundos,
es que clamarían los versos de alegría,
y los versos se cosecharían
serian árboles frondosos
llenos de verdes hojas escritas.
“dícese por ahí, que todos somos poetas,
unos antes que otros, y otros antes que uno”
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