Florezco cada vez
que mi memoria te relata,
que aun tan lejano
soy cautiva de tu voz callada.
Y por ti
me voy transformando en paisajes,
para que escudriñes mi alma,
mi dulzura,
mi boca entre estertores
llena de versos te llama.
Y tomo lo único que me queda,
una sola mirada,
para hacerte mío en tu playa,
yo sirena de mares,
y en mi puerto de flores,
mi pecho te ata.
Donde las palabras
se vuelven fragancias,
en tu lecho amado,
has de soñarme,
has de soñarme.
No hay comentarios:
Publicar un comentario