Te canto
dulce cielo azulado,
y en la armonía de esta voz
que atrae vientos, tiempos y estaciones
quisiera dedicarme a ti
una vida entera
entre versos y flores.
Tanta veces he besado
tus ríos, tus mares,
tantos atardeceres he contemplado
sentada buscando en el horizonte
algún hombre furtivo,
escondido con su aroma.
Te canto patria
y me asilo,
entre tus alas me anido,
en tus cumbres me extiendo,
cual ave en libertad
despierta en mi a la musa
de ojos almendrados.
Tu manto de nieve
cubre con ternuras este cuerpo,
que ha ratos se marchita
y con tus gotas de lluvias
sobre mis cabellos florezco.
Bésame entonces con tus ríos
riégame cien años en el universo,
para seguir amándote,
como si fuera eterna,
embriágame con tu mejor vino,
por favor déjame un amor en el puerto,
Patria muestrame el camino.
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